Abriendo el Jardín del Eden
Por Pinchas Shir
Muchos estudiantes de hebreo bíblico se dan cuenta de que los textos que leemos son bastante antiguos y que tenemos muchas tradiciones asociadas a ellos. Cuando se escribió por primera vez el texto hebreo de la Biblia, las palabras no tenían vocales. Y esta falta de vocales permite varias lecturas de ciertas palabras, junto con una interpretación más amplia de lo que podrían significar los textos.
Los rabinos antiguos tenían un método interesante para leer los versículos bíblicos y derivar sus significados en función de ligeras alteraciones de las letras hebreas. Aquí hay una breve enseñanza de Reish Lakish (finales del siglo II d.C.) sobre la palabra «Amén»:
Reish Lakish dijo: «Aquel que responde Amén con todas sus fuerzas, le abren las puertas del Jardín del Edén delante de él, como está dicho: "Abrid las puertas, y vendrá una nación justa que guarda la fe"» (Isaías 26:2). No leas: Quién guarda [שׁמר; shomér] la fe [אמנים; emunín] «¡Amén!», sino: Quien dice «¡Amén!» (שׁאמרים אמן; shé'omrím amén). ¿Cuál es la alusión de la palabra «¡Amén!»? El Rabino Ḥanina dijo: «Es un acrónimo de las palabras: Dios, rey fiel [Él Mélej Ne'emán]». (Talmúd de Babilonia, Shabát 119b).
El versículo sobre el cual el rabino expone es Isaías 26:2: «Abrid las puertas, y vendrá una nación justa que guarda la fe» (פִּתְחוּ שְׁעָרִים וְיָבֹא גוֹי־צַדִּיק שֹׁמֵר אֱמֻנִים). En el Talmúd, la enseñanza del rabino aparece en una discusión sobre el perdón de los juicios contra los pecados del pueblo de Dios. Reish Lakish sugiere que las puertas que menciona Isaías pueden ser «las puertas del Jardín del Edén (שַׁעֲרֵי גַן עֵדֶן; shaaréi gán éden)». ¡Y luego comienza el juego de palabras! En el hebreo original de Isaías, la frase «Aquellos que permanecen fieles» (u «observan la fe» [שֹׁמֵר אֱמֻנִים; shomér emuním]) es lo que se llama una frase de participio. Reish Lakish sugiere una lectura diferente. Convierte la frase en «aquellos que dicen amén (שֶׁאוֹמְרִים אָמֵן; sheomrím Amén)».
Reish Lakish hace un hermoso baile con las letras hebreas para explicar por qué la simple palabra «¡Amén!» es tan poderosa: ¡puede abrir las puertas del Edén! Para el rabino, la palabra «¡Amén!» no significa simplemente «verdadero», sino que es un acrónimo de «Dios, Rey Fiel» (אֵל מֶלֶךְ נֶאֱמָן; Él Mélej Neemán – A-M-N). Así, quienes se dedican a rezar con Dios entran en una poderosa relación con el Todopoderoso que puede ofrecer una visión del Jardín del Edén.
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