¿Capitalismo bíblico o socialismo bíblico?
Por Dr. Yeshaya Gruber
¿Cuál es el mejor sistema económico para la humanidad? ¿Es la «libre empresa» individualista? ¿O un sistema más orientado a la comunidad que trata de limitar la desigualdad? Estas preguntas todo el tiempo causan argumentos calientes en nuestras sociedades. Pero, ¿qué piensa Dios?
Las teorías modernas del capitalismo y del socialismo se inventaron mucho tiempo después de que se escribiera la Biblia. Sin embargo, cientos de libros y artículos intentan probar que la Biblia respalda una u otra de estas teorías económicas. De hecho, la Torá y los libros subsiguientes dan algunas recomendaciones sobre cómo los humanos deberían manejar una economía, pero estas no encajan perfectamente con nuestras ideas de «capitalismo» o «socialismo». Tienen más sentido en el contexto del Antiguo Cercano Oriente, donde otras sociedades tenían algunas leyes similares y otras que diferían.
Aquí están algunos de los principios fundamentales del sistema económico dados en la Torá hebrea (los versículos separados por barra oblicua tienen diferentes números en hebreo y en español):
- Si tienes dinero, estás obligado a prestarlo sin intereses a un conciudadano que esté en necesidad (Éxodo 22:24/25; Levítico 25:35-38; Deuteronomio 15:7-10, 23:19-20/20-21).
- Todas las deudas de los ciudadanos se cancelan cada siete años (Deuteronomio 15:1-3).
- Cada cincuenta años, la mayoría de bienes raíces se devuelven a la familia original (ancestral) de los propietarios (Levítico 25:8-34).
- La ciudadanía «productiva» debe contribuir en apoyar a los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas. Las personas que tienen productos deben invitar a estos otros potencialmente necesitados a festejar junto a ellos (Deuteronomio 14:22-29).
- Los productores deben dejar intencionalmente algunos de sus productos para que los necesitados se los lleven gratis (Levítico 19:9-10, 23:22).
- Los ladrones deben pagar de cuatro a cinco veces el valor de lo que robaron (Éxodo 21:37/22:1).
- Los pobres y los ricos son iguales ante la Ley (Levítico 19:15).
Todo esto no equivale ni al capitalismo ni al socialismo —sino a una visión de un mundo completamente diferente—. ¡La Torá no discute sobre la teoría económica moderna, pero sí propone una forma radicalmente diferente de vivir como seres humanos en la sociedad!
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