La basura judía y la mejor inversión de Pablo
Por Pinchas Shir
En la carta de Pablo a los Filipenses, los Apóstoles usan un lenguaje retórico poderoso para discutir sus puntos de vista. Desafortunadamente, esta retórica robusta a veces se malinterpreta cuando Pablo devalúa sus propias tradiciones y culturas judías. Un lugar de malentendidos es Filipenses 3:7-9: «Cualquier cosa que fuese ganancia para mí, esas cosas que he contado como pérdida por amor de Cristo… y contarlas como desperdicio para que pueda ganar a Cristo, y pueda encontrarme en Él, no teniendo una justicia propia derivada de la Ley, sino a través de la fe en Cristo». No es raro leer en los comentarios que Pablo consideraba la Torá y su herencia judía como «desperdicio», «basura» e incluso «excremento».
El griego (σκύβαλον; skubalon), de hecho significa «basura», «desecho» e incluso «inmundicia» (en hebreo sería גֵּל; gél) —en otras palabras, algo que se descarta con frecuencia—. En el caso de Filipenses 3, Pablo usa σκύβαλον para lo que podríamos llamar «jerga laboral», en el contexto de las transacciones de negocio; específicamente Pablo nota que lo que una vez consideró rentable o valioso —lo que llama «ganancia» (κέρδος; kerdos)— ahora lo cuenta como «pérdida» o «inutilidad» (ζημία; zemia). En lugar de esa «inutilidad», Pablo se levanta para «acumular» o «ganar» (κερδαίνω; kerdaino) al Mesías; una vez más, la terminología que Pablo usa es el idioma de la economía y los negocios (consultar Lucas 19:19; Santiago 4:3). En otras palabras, Pablo afirma que al ganar a Jesús, él hace una mejor inversión. En la medida en que Pablo invierte en el Mesías judío, el Apóstol habla de «no tener una justicia propia derivada de la Ley», sino «que la justicia viene de Dios» sobre la base de la «fe» o la «confianza» (πίστις; pistis, en hebreo אֱמוּנָה; emuná).
En la ecuación económica de Pablo, su referencia para «inutilidad» comúnmente se compara con la Torá y el judaísmo. Sin embargo a diferencia de algunos cristianos modernos, como judío antiguo, Pablo no piensa en la Torá negativamente. Solo unos pocos versículos antes de su discusión sobre «inutilidad» y «ganancia», Saulo se jacta de que puede tener confianza en su carne por su herencia judía (Filipenses 3:4-6): Él es un hebreo de hebreos, un fariseo en su enfoque interpretativo de la Torá y en relación con la justicia «irreprensible» o «perfecta» (ἄμεμπτος; amemptos, en hebreo: תָּם; tám). ¡Es toda una demanda! Pablo apenas llama inútil a su judaísmo basura.
Pablo usa toda de esta retórica interpretativa «en vista de su incomparable valor de conocer al Cristo (judío)» (Filipenses 3:8), lo cual implica que Jesús es una inversión superior a lo que había recibido de su herencia judía. La mayoría de personas no piensan en seguir a Yeshúa en términos del lengujae de comercio de Pablo, pero el Apóstol se siente cómodo empleando este tipo de terminología de mercado. Pablo no está comparando «malo» y «bueno», sino «bueno» y «mejor». La identidad judía ciertamente tiene valor (consultar Romanos 3:1-2), pero conocer al Mesías judío es incluso mucho más valioso.
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