Orando por el Espirítu Santo en las Hodayót
Por Pinchas Shir
El texto que se cita a continuación se conoce como Hodayót —«oraciones y cánticos de acción de gracias»— descubiertos en la región de Qumrán en 1947. Estos pasajes son parte de la colección de los Rollos del Mar Muerto, y aunque faltan algunas partes del texto, los eruditos pudieron reconstruir muchos de estos textos antiguos. Estos pasajes están en hebreo y datan del siglo I a.C. Su lenguaje es notablemente personal y profundamente espiritual. Las canciones hablan de gracia (favor), salvación, perdón, pureza, amor y del Espíritu Santo. Aunque los textos no siempre están completos, el escritor claramente invoca en oración al Espíritu Santo. Versículos de la Biblia hebrea, como el Salmo 51 e Isaías 63, mencionan al Espíritu Santo, pero las Hodayót lo llevan a un nuevo nivel. Al leer este breve extracto, considera la espiritualidad de los judíos que compusieron estas palabras un siglo antes de la vida de Jesús.
«10 por [tu] espíritu san[to] […] ... […] y 11 [tu] espíritu san[to] es incapaz de […] la plenitud del cie[lo] y la tierra […] tu [gl]oria. La plenitud […] 12 Yo sé que en [tu] bon[dad] hacia el hombre has multiplicado […] tu verdad en todo […] 13 y el servicio de justicia […] que has impuesto sobre él para que no […] tropieces en todo […] 14 Ya que conozco todo esto quiero encontrar una respuesta de la lengua para postrarme y pedir [perdón… po]r mi ofensa, para buscar el espíritu […] 15 para ser fortalecido por [tu] espí[ritu] santo, para adherirse a la verdad de su pacto, a servirte en verdad, con un corazón perfecto, a amar [tu voluntad]. 16 Se bendecido, Señor, grande [en pla]nes y pode[roso) en hechos, todo es tu obra. De hecho, has resuelto compadecerte [de tu siervo] 17 para mostrarme favor por el espíritu de tu compasión y por el […] de tu gloria. A ti te pertenece la justicia porque has hecho tod[o esto].
18 Y como sé que has registrado el espíritu del hombre justo, he elegido purificar mis manos de acuerdo con [tu] voluntad y el alma de tu siervo aborrece toda 19 obra de iniquidad. Sé que nadie más que tú eres justo. He apaciguado tu rostro por el espíritu que has puesto [en mí,] para prodigar 20 tus [bon]dades en [tu] sie[rvo] para [siempre], para purificarme con tu santo espíritu, para acercarme por tu voluntad según la medida de tus bondades […] y para actuar 21 conmigo […] el lugar de [tu] volun[tad] que has ele[gido] para los que te aman y para los que guardan tus precept[os ...] 22 en tu presencia para siem[pre].
[Que ... no] se asocie con el espíritu de tu siervo ni con todas [sus] obras [...] 23 [...] […] ¡Que no [venga] sobre él ninguna aflicción que le haga apartarse de los preceptos de tu pacto! Por […] 24 tu cara. Y yo [sé que eres un indulgente] y compasivo [Dios] le[nt]o para la i[r]a, lleno de bondad y de verdad, que perdona la ofensa […] 25 y se apiada del [mal de los que te aman] y guardan [tus] prec[eptos, aquellos] que se vuelven a ti con confianza y perfecto corazón […] 26 para servirte [y hacer lo que] es bueno a tus ojos. No apartes tu rostro de tu siervo, [no rechaces] al hijo de [tu] sierva. […] 27 […] Y yo, a través de tus palabras [yo] me he acercado a […]» (1Qha VIII: 10-27).
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